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El impacto psicológico de la pandemia COVID-19 en Paraguay

Actualizado: 23 ago 2021

Un interesante estudio hecho a la población paraguaya a inicio del confinamiento hace un análisis descriptivo del impacto psicológico que generó en la población en aquel entonces la reciente situación de emergencia sanitaria. De las 511 personas encuestadas, se encontró que un 21,3% presentó ansiedad y depresión moderada, un 15,9% tenía síntomas de ansiedad y depresión severa y un 62,5% presentaba algún grado de insomnio.

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¿Cuáles son los factores

desencadenantes que llevan a la ansiedad y la depresión? En el contexto de emergencia sanitaria, el que contrae experimenta una pérdida de funcionamiento normal de sus actividades, esto a su vez, puede expresarse con sucesivas manifestaciones de desmoralización y desamparo, llegando a lo que se conoce como un estado de duelo psicológico. Por otro lado, están las personas que están sometidas al estrés del brote, lo cual puede presentarse como un problema de adaptación, generando sentimientos marcados de angustia y deterioro en nuestro funcionamiento social normal y problemas en nuestro estados de ánimo. En el peor de los casos nos encontramos ante la pérdida de los seres queridos, lo cual nos puede generar manifestaciones de duelo y trastorno de estrés post-traumático.


Ante una situación de confinamiento en la casa, estamos expuestos ante situaciones estresantes sin precedentes y de duración desconocida. Esto provoca un aumento en nuestros niveles de estrés, ansiedad o depresión durante el día, y durante la noche, puede interrumpir el sueño. Así también, el sueño juega un papel importante en la regulación de nuestras emociones y una alteración en el sueño tendría consecuencias en nuestras emociones al día siguiente. Estos síntomas pueden ser reacciones normales dada las circunstancias. Estamos ante algo que nos genera una sensación de incertidumbre y y en la que experimentamos limitaciones y separaciones de nuestro entorno social o familiar.


No hay que olvidar las consecuencias que tiene la crisis en el mercado laboral. La pandemia COVID-19 trajo consigo el cierre de empresas, aumento de desempleo y disminución en los ingresos salariales. Situaciones que no favorecen a la estabilidad emocional del trabajador. Estar preocupados día a día por alcanzar a cubrir lo mínimo de nuestras necesidades y la de nuestras familias puede llevar a un quiebre emocional muy grande, que se pueden traducir en sentimientos de desesperanza, desamparo, depresión y ansiedad.

Una de las poblaciones más vulnerables a recibir impactos negativos es la de nuestros profesionales sanitarios. Otro estudio enfocado en el impacto psicológico en trabajadores de la salud en Paraguay encontró que de los 126 profesionales analizados, uno de cada tres presentan síntomas moderados o severos de depresión o de ansiedad, insomnio y estrés; y dos de cada tres presenta síntomas de fatiga por compasión (esto es un desgaste por empatía o estrés que surge por tener una relación empática con personas expuestas a traumas, tensión o estrés). Dentro de este grupo, los que más presentaron síntomas psicopatológicos fueron las mujeres y profesionales con menor edad. Es importante resaltar que este estudio se realizó cuando una gran mayoría de profesionales aún no había atendido a pacientes infectados, aún había un bajo número de casos en el país.

Actualmente, ante el aumento excesivo de casos, ante hospitales colapsados, aumenta también la demanda de los servicios críticos y la sobrecarga laboral de los profesionales, lo cual nos indica que se pudo haber incrementado también el número de profesionales con sintomatología asociada a trastornos mentales.

¿Cuáles son los factores que llevan a la depresión, ansiedad y estrés en los profesionales de la salud? Se han identificado algunos factores de estrés psicológico como son la percepción de que se está en riesgo de contraer la infección, el impacto del brote en el lugar del trabajo, tendencia a ánimo depresivo, trabajar en unidades de alto riesgo, entre otros.

Los profesionales de la salud son los que más expuestos están, por lo que el aislamiento social impuesto puede ser con más frecuencia e intensidad que el de una persona no vulnerable pueda experimentar. También son los que más experimentan la separación de los seres queridos por el compromiso social, están ante la exposición directa de la enfermedad, tienen la presión de dilemas éticos ante la asignación de recursos escasos a pacientes de igual necesidad, tienen que prestar atención a pacientes gravemente enfermos con recursos limitados o inadecuados. Evidenciar la muerte de estos pacientes o de sus mismos compañeros de trabajo genera un entorno sobrecargado de estrés.

Sería interesante contar con más investigaciones actuales sobre el impacto de la salud mental tanto en la población general y en los sectores de la población más vulnerables, como en los profesionales de la salud mental. Se debe evaluar lo que es la evolución de la salud mental durante todo el tiempo que dure la pandemia. De aquí pueden surgir muchas líneas de investigación, como por ejemplo: ¿Cuáles son las diferencias entre el sector público o el privado o entre los distintos niveles de atención en la salud?, ¿se interviene de manera eficaz en los distintos niveles de atención o en los distintos sectores vulnerables de la población? Estas investigaciones nos pueden ayudar a establecer criterios claros para afrontar la situación a nivel local.

Sin embargo, no todo es negativo, la situación en la que estamos pasando también puede verse como una oportunidad para generar cambios positivos en nuestro estilos de vida y en nuestras relaciones en la familia. Si experimentamos síntomas de depresión, ansiedad, estrés o insomnio no dudemos en acudir a un profesional de la salud mental que nos pueda asesorar, contener, dar el apoyo que estamos necesitando. Es especialmente importante que se le cuide a los profesionales de la salud en su salud mental. Si hay algún profesional de la salud con necesidades de atención psicológica, no duden en acudir a los servicios para este fin.


Fuentes:

CANAVIRE-BACARREZA, & SACCO CAPURRO. (2021, 3 octubre). El impacto desigual de la COVID-19 y sus repercusiones en el mercado laboral paraguayo. Blogs del Banco Mundial. https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/el-impacto-desigual-de-la-covid-19-y-sus-repercusiones-en-el-mercado-laboral-paraguayo

Ferreira Gould, M. S., Coronel Diaz, G., & Rivarola Vargas, M. A. (2021). Impacto sobre la salud mental durante la pandemia COVID 19 en Paraguay. Rev. virtual Soc. Parag. Med. Int., 8(1), 1-8. https://www.revistaspmi.org.py/avancemarzo2021/pdfs/impacto_sobre_la_salud_mental_durante_la_pandemia_COVID_19_en_Paraguay.pdf

Samaniego, A., Urzúa, A., Buenahora, M., & Vera-Villarroel, P. (2020). Sintomatología asociada a trastornos de Salud Mental en trabajadores sanitarios en Paraguay: Efecto COVID-19. Revista Interamericana de Psicología/Interamerican Journal of Psychology, 54(1), 1-19. https://www.conacyt.gov.py/sites/default/files/upload_editores/u454/Sintomatologia-Salud-Mental-COVID-19.pdf

Ramírez-Ortiz, J., Castro-Quintero, D., Lerma-Córdoba, C., Yela-Ceballos, F., & Escobar-Córdoba, F. (2020). Mental health consequences of the COVID-19 pandemic associated with social isolation. Colombian journal of anesthesiology, 48(4), 1-22. https://doi.org/10.5554/22562087.e930

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