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La memoria a largo plazo (II): La memoria explícita

Actualizado: 30 ago 2021

El desarrollo de la memoria explícita se da recién al segundo año, cuando el infante es capaz de hablar de los eventos del día y recuerda vivencias más distantes en el pasado. Neurológicamente lo que está pasando es una maduración en la zona temporal medial del cerebro, en donde se le incluye al hipocampo, también al área parietal y la orbitofrontal.


Esta memoria es a la que normalmente hablamos cuando nos referimos a los recuerdos traídos al presente, con esa típica sensación interna de que "Yo estoy recordando….".


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Existen dos formas de memoria explícita: una semántica y otra episódica.

  1. La semántica hace referencia a los hechos o informaciones en general, a las representaciones simbólicas de estos hechos, que generalmente las podemos declarar como "verdaderas" o "falsas". Por ejemplo, "el agua hierve a los 100º Celsius" o "La manzana es roja o verde". Son también llamadas noesis o conocimientos que tenemos del mundo.

  2. Por otra parte, la memoria episódica hace referencia a nuestra capacidad de autoconocimiento, los datos autobiográficos que tenemos, episodios sobre uno mismo en algún tiempo en particular. Este proceso en nuestra memoria muestra ser independiente a los procesos meramente semánticos y otras áreas cerebrales se activan en el momento en que recordamos hechos autobiográficos o de auto-noesis.


Para que se den estas capacidades, el niño desarrolla un sentido de secuencia, el hipocampo se activa como un "mapeador cognitivo" que permite que se recupere el orden en que los eventos ocurren y así el niño ya tiene una expectativa de lo que viene primero y lo que viene después.


Así también a este desarrollo se le suma el establecimiento de un mapa de representación espacial de los lugares en que las cosas están puestas en su mundo. Es decir, que este "mapeador cognitivo" también es capaz de identificar el contexto y crear un sentido de las cuatro dimensiones en que el yo está en el mundo a través de un espacio temporal Es decir, al desarrollar la memoria explícita se está desarrollando nuestro sentido del espacio y tiempo, permitiéndonos recordar dónde están las cosas y cuándo estuvieron ahí.


A este desarrolla luego se le suma el sentido del yo, en donde le niño desarrolla una consciencia más completa de lo que son ellos mismos en el mundo. Al hacerse un experimento, colocándole un marca roja en la cara a los niños de dieciocho meses, los niños muestran que son capaces de tocarse a ellos mismos en vez de tocar al espejo para explorar la marca rara puesta en su cara. Estas son las bases de una memoria explícita autobiográfica.


Para ayudarles a los niños a desarrollar estas habilidades se descubrió que los padres que se enganchan con sus hijos a enfocar su atención y alentarles a la elaboración de sus recuerdos compartidos muestran que tienen un impacto directo al desarrollo de la autobiografía del yo.


Para desarrollar la memoria explícita también es muy importante estimular la atención focalizada, ya que si no se da una atención consciente y selectiva al estímulo que se trata de codificar, almacenar por un largo plazo, será muy improbable que explícitamente podamos volver a evocarlo en el futuro.


Se dice que la memoria a largo plazo es una memoria que puede almacenar de manera indefinida, sin embargo no siempre esto se da de manera permanente, mucho menos para la memoria explícita. Para que este proceso de memoria se dé de manera permanente los expertos sugieren que se debe pasar por proceso de "consolidación cortical". Para que se de este proceso, muchos sugieren que se debe pasar las etapas de sueño, especialmente en la etapa REM, en donde se dice que es el momento en que nuestro cerebro trata de dar sentido a las experiencias o actividades que hemos tenido en el día. Por lo que una buena higiene en el sueño también ayuda a que nuestra memoria a largo plazo sea estimulada y consolidada en todos sus niveles. La investigación sobre la consolidación cortical aún está en pañales y aún no se saben los detalles precisos de cómo se da esta permanencia en el almacenamiento de la información. Sin embargo, ya podemos ver ciertos avances en la ciencia y que nos permiten intervenir para estimular a nuestra memoria y que rinda lo mejor que pueda.




Fuentes bibliográficas:

Siegel, D. (2015). The Developing Mind, Second Edition: How Relationships and the Brain Interact to Shape Who We Are (2nd Ed.). Guilford Publications.

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