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La psicología en la adquisición de la lectoescritura (III)

Actualizado: 23 ago 2021

En el máster en Aprendizaje, Cognición y Desarrollo Educativo que estoy cursando, hemos visto que para que los niños puedan aprender a leer, primero deben estar preparados. Benedet (2013, citado en Tamayo Lorenzo, 2017) nos advierte que si iniciamos antes de que estén listos, podemos favorecer una “dislexia secundaria” por déficit en cualquiera de los prerrequisitos previos o una “dislexia funcional” (dislexia sin daños a nivel cerebral). En el siguiente post, tocaré con más profundidad lo que es la dislexia y las dificultades en el aprendizaje de la lectura.


¿Cuáles son los prerrequisitos para iniciar el proceso lectoescritor?


Tanto para prevenir como estimular un adecuado desarrollo del proceso lectoescritor, se atiende a las siguientes habilidades previas:

  • Desarrollar el lenguaje oral: tener un desarrollo adecuado del lenguaje hablado, un bagaje sólido en lo que es la comprensión y expresión verbal en la lengua que se utiliza. Por eso, pretender que un niño escriba y lea en una lengua con la que no habla, es caer en callejón sin salida.

  • Percepción y discriminación visual: asegurarnos que no haya problemas en el sistema visual. Si un niño es miope o con astigmatismo, ve borrosas las letras, por lo que las habilidades visoperceptivas se encuentran comprometidas, no podrá percibir bien las letras en su forma, posición, cómo escribirlas paso por paso, etc.

  • Percepción y discriminación auditiva: esto va desde evaluar si el niño escucha los sonidos hasta cómo desarrolla su conciencia de los fonemas.

  • Adecuado nivel de grafomotricidad y coordinación visomotora: ¿el niño fue estimulado en motricidad fina para utilizar bien el lápiz, agarrarlo bien, de manera que pueda escribir, seguir con la vista lo que lee y lo que escribe? Si no, habilidades como el copiado, el dictado, toda la producción gráfica, la lectura siguiendo un reglón tras otro estarán comprometidas.

  • Desarrollo de habilidades como la atención y la memoria: evaluar en estas capacidades es fundamental para saber si el niño tiene el potencial de aprendizaje requerido, por eso, en neuropsicología, se los conoce como los dispositivos básicos del aprendizaje junto con el siguiente prerrequisito,

  • La motivación: el niño necesita tener un nivel adecuado de madurez emocional, cierto dominio de la voluntad, tolerancia a la frustración para enfrascarse en tareas complejas que requieren de esfuerzo más o menos prolongado, como es cuando uno aprende a leer y a escribir.


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Un psicólogo educacional se encarga de evaluar estas áreas implicadas en la lectoescritura, a través de la aplicación de tests estandarizados y tareas didácticas, de manera que se obtenga un perfil cognitivo y socio-emocional del estudiante, identificando sus fortalezas y debilidades, así poder hacer un plan de intervención acorde al caso.




Referencias bibliográficas:

  • Tamayo Lorenzo, S. (2017). La Dislexia y las dificultades en la adquisición de la lectoescritura. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 21(1), 423–432. https://www.redalyc.org/pdf/567/56750681021.pdf

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