¿Qué es la dislexia?
- Jose Ignacio Florentin
- 11 may 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 ago 2021
Siguiendo con el tema del aprendizaje de la lectura, en este post tocaremos una de las dificultades más comunes que pueden afectar a los estudiantes desde los inicios del proceso de aprendizaje. En una clase de educación primaria, en donde encontramos a veinticinco estudiantes, es fácil encontrarnos con al menos uno con dificultades en su aprendizaje de la lectura. Es por esto que es importante estar al tanto de lo que es una dificultad de tipo disléxica, cómo detectar e intervenir a tiempo (Tamayo Lorenzo, 2017).

Podemos empezar con tratar de definir qué es la dislexia. A lo largo de los cien años que se estuvo investigando sobre el tema, aún no existe un consenso sobre su definición. Tras varios intentos de aproximación, las Asociación Internacional de Dislexia (IDA) señala que es una “dificultad específica del aprendizaje de orientación neurológica que se caracteriza por dificultades de precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras y por problemas de decodificación y deletreo.” (IDA, 2002, citado en Tamayo Lorenzo, 2017). Es necesario señalar que una persona con dislexia no tiene una discapacidad intelectual y, para hacer un diagnóstico de este tipo, el problema tampoco se explica por otras dificultades del neurodesarrollo. También se debe hacer un diagnóstico diferencial entre otras dificultades en el lenguaje como es la disfasia, la disgrafía o la disortografía. Para esto nos sirve la evaluación de un psicólogo educacional o psicopedagogo.
¿Cuál es la causa de que una persona tenga dislexia? ¿Tiene una causa biológica, es un déficit visual, auditivo? ¿Qué es? Lo que varios estudios actuales apoyan y que la IDA (2002, citado en Tamayo Lorenzo, 2017) toma es que la dislexia tiene su origen en un déficit en el componente fonológico del lenguaje, que se presenta generalmente de manera inesperada, teniendo en cuenta que el niño se desarrolla de manera normal en sus habilidades intelectuales y tiene una enseñanza adecuada.
¿Qué quiere decir que el niño tiene problemas en el componente fonológico del lenguaje? Así como Carrillo (2012) lo expone, “el problema fundamental de los disléxicos no está en el tratamiento de la forma gráfica de las letras, sino que reside en lo que ellas representan”. ¿Qué representan las letras? Los sonidos que articulamos en las palabras, esto son los llamados fonemas. Al decir una palabra, no pensamos en qué fonema utilizamos, sólo los articulamos entre sí. Necesitamos desarrollar una nueva habilidad para identificar de manera aislada cada fonema que articulamos en la formación de palabras, a lo que llamamos conciencia fonológica. Aquí es donde los disléxicos tienen problemas.
Para leer podemos seguir dos rutas diferentes en el procesamiento de la palabra:
1. La ruta fonológica utilizamos cuando tenemos palabras no familiares. Entonces, empezamos a analizar la correspondencia grafema-fonema (cada letra tiene su sonido) y luego vamos uniendo en las diferentes sílabas que se forman. Leyendo todas juntas, identificamos la palabra y su significado (si esta se encuentra en nuestro vocabulario).
Esta ruta es muy importante aprender desde los inicios de la enseñanza en la lectura. Suele ser un camino difícil al comienzo y una vez que avanzamos se nos hace más fácil andar, hasta que llega un momento en que lo hacemos de manera automática y sin necesidad de tomar conciencia del proceso. El ritmo de aprendizaje de cada estudiante es diferente... pero ¿qué pasa cuando tenemos un niño con dislexia? En este caso puede ser que no logre nunca automatizar el proceso, hacer la correspondencia grafema-fonema de manera exacta y rápida. El estudiante con esta dificultad necesitará un apoyo especializado para desarrollar la conciencia fonológica y para consolidar las correspondencias grafema-fonema (Carrillo, 2012).
2. El segundo acceso que tenemos para procesar lo que leemos es una ruta más rápida (directa), llamada visual-ortográfica. La utilizamos cuando nos topamos con palabras familiares, sin necesidad de ir analizando fonema por fonema. Una forma para diferenciar entre las dos rutas, es experimentando cómo leemos las pseudopalabras (como damico, ratesm, Sunnació) y las palabras (comida, martes, Asunción). Las primeras, que son palabras inventadas, son leídas más lentamente, debemos de aplicar la ruta fonológica e ir juntando fonema con fonema hasta llegar a la palabra. Sin embargo, las segundas son más fáciles. Si las tenemos en nuestro vocabulario, las reconocemos al instante.
En la dislexia, de alguna manera u otra, estas dos rutas presentan baches, y así podemos identificar tipos de dislexia según la ruta más afectada. Pero como lo demuestra Carrillo (2012), un tipo de dislexia no depende tanto de la diferencia en el procesamiento lector, porque la dificultad en uno o en otro "no parece ser estable sino que va evolucionando con el nivel y la experiencia lectora."
¿Cómo va evolucionando el proceso de aprendizaje de un disléxico? Esto depende de varios factores: depende de la gravedad del déficit fonológico, también de si se ha intervenido a tiempo con un apoyo educativo especializado. Debemos analizar también la lengua que está aprendiendo, ya que no es lo mismo aprender castellano (que tiene correspondencias grafema-fonema regulares y simples) que el inglés (donde nos encontramos con muchas irregularidades en las correspondencias de las letras con sus sonidos).
El primer paso para mejorar es detectar el problema. ¿Cómo hacerlo? Vimos que el procesamiento fonológico es bastante complejo y tiene varios procesos desde que nos llega la información hasta que recuperamos en nuestra memoria y la producimos. La evaluación psicológica cognitiva nos permite apreciar de manera objetiva y precisa las distintas capacidades cognitivas que se están afectadas para el aprendizaje de la lectura
La tarea del psicólogo en el caso de la dificultad de tipo disléxico consistiría en detectar el problema, descartando otros parecidos, derivando con otros profesionales si es necesario; realizar un plan de intervención no sólo para trabajar con el paciente, sino también con la familia y las instituciones educativas. Uno de los desafíos que se tiene en la educación es elaborar un proyecto integrador que sea estimulante en todo sentido para un niño con dificultades en el aprendizaje de la lectura, involucrándoles a los padres y profesores (Antagnazza & Tornaría, 2011). El abordaje de la dislexia desde un punto de vista sistémico, atendiendo la relación familia-psicólogo-colegio, es necesario para conseguir buenos resultados.
Referencias bibliográficas:
Antognazza, M. P., & Tornaría, M. L. (2011). El niño disléxico y su entorno educativo. Percepciones y representaciones sobre la dislexia. Ciencias Psicológicas, V(2), 163–200. http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-42212011000200008
Carrillo, M. (2012). La dislexia: bases teóricas para una práctica eficiente. Ciencias Psicológicas, VI(2), 185–194. http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-42212012000200007#1
Tamayo Lorenzo, S. (2017). La Dislexia y las dificultades en la adquisición de la lectoescritura. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 21(1), 423–432. https://www.redalyc.org/pdf/567/56750681021.pdf
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